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¿Cómo evitar los atracones de fin de semana?


Llevas toda la semana cuidando tu alimentación. Te sientes mejor, notas los resultados y entonces… llega el temido fin de semana: salidas, cenas con amigos, comidas familiares, y ¡todo se va al carrizo! Cuando sales o tienes comidas sociales el hambre se apodera de ti, comienzan los atracones y empiezas a devorar pizzas, palomitas, hamburguesas, chucherías y chocolate como si no hubiera un mañana.


Según varios estudios, los adultos americanos consumen 115 kcal/día más los fines de semana, sobre todo a través de grasa y alcohol. Y el problema es que esto es una media y muchos sobrepasan este límite de manera abismal. No hablo de ser un poco más permisivo el fin de semana. Hablo de esa sensación de descontrol y de que pasar del blanco al negro. Si te identificas con eso, aquí van 7 consejos que quizá te puedan ayudar:


No seas tan restrictivo

El exceso de comida suele venir después de un exceso de restricciones. Si vives a restricción constante puede que el fin de semana te sea difícil no caer en la tentación. Si estás buscando bajar de peso o quieres cuidarte no evites las cosas de manera absoluta. En lugar de prohibirte un alimento puede que si un día te provoca un TROZO de chocolate debas comértelo para no comerte la tableta entera el fin de semana. Date un respiro de vez en cuando entre semana si lo necesitas y eso te ayudará a no tirarte de cabeza a por la comida ‘prohibida’ de viernes a domingo.


Deja de pensar en “todo o nada”

Uno de los mayores problemas cuando estás siguiendo una dieta es pensar que o se hace todo bien o no sirve para nada. Por lo que, en el momento en el que te saltas lo más mínimo eres incapaz de poner freno en las siguientes comidas. Un simple trozo de tarta puede hacer que por la tarde te zampes un croissant de chocolate y por la noche una pizza tamaño XL, “total, ya te has saltado la dieta”.


Dejar de pensar así puede ser una de las claves para evitar los atracones de fin de semana. Comerte un trozo de tarta no tirará por traste todos tus esfuerzos, pero si a partir de aquí todo son excesos puede que la cosa cambie.


Evita pensar en compensar

No pienses en compensar lo que vas a comer dejando de cenar por la noche. Normalmente, hacerlo te dará rienda suelta para comer por encima de tus posibilidades. Total, “si luego dejo de comer va a dar igual”, te repites mientras te comes la pizza con refresco y tomas ese postre de chocolate. Lo que pasa es que, como sueles ver cada semana, en la báscula DEFINITIVAMENTE NO DA IGUAL.


Si estás en una comida familiar o con amigos, come escuchando un poco a tu cuerpo, mejor dicho, a tu estómago y no a tu cabeza. Disfruta y acepta que sentir como que vas a explotar después de una comida no es precisamente la sensación más agradable.


Piensa en lo que harás otros días

Una cosa es pensar en compensar comiendo en exceso en una comida y dejando de comer en otras y lo otro es tener un poco de lógica. Si vas a salir viernes, sábado y domingo plantéate por adelantado qué vas a hacer. Si el sábado tienes una comida en tu restaurante favorito, intenta el viernes escoger opciones más saludables. Si sabes que no te vas a resistir a ese brownie de chocolate, elige opciones más ligeras en los platos principales. No se trata de compensar. Se trata de saber disfrutar CON MODERACION. Esa es la clave.


Disfruta de la comida

Si estás a dieta olvídate de comer todos los días pollo a la plancha y verdura hervida. Empieza a buscar un poco en Internet y haz que tu alimentación diaria te guste tanto como la del fin de semana. Busca recetas saludables, haz platos nuevos, introduce nuevos alimentos. Pensarás que es una tontería, pero si te aburre tu comida diaria mirarás esa comida de “fin de semana” como si fuera el manjar más exquisito que hayas probado en tu vida. En cambio, si cada día disfrutas al máximo de lo que te llevas a la boca, esos placeres parecerán menos importantes y tus ansias de comer algo decente desaparecerán.


Por otro lado, el día que te comas esas patatas fritas que estabas esperando hazlo disfrutando de cada bocado. No te las comas engullendo y con culpa, tan rápido que cuando hayas acabado ni te habrás enterado, por lo que querrás más. Por el contrario, céntrate en ellas y saboréalas. Verás como comiéndolas así necesitas muchas menos de las pensabas.


No te marques un día de “comida trampa”

Sé que es algo muy habitual en las dietas, pero yo no te lo recomiendo. ¿Por qué marcarte un día para saltarte la dieta si realmente estás disfrutando de lo que comes? ¿Por qué saltarte tu plan de comida sana si ese fin de semana no vas a salir o no te provoca? Si se da la ocasión, perfecto. Pero si no, olvídate de marcarte ese día como algo importante en tu agenda. Sólo te hará anhelarlo y esperarlo con más ansias.


Busca la razón detrás de tus atracones

A veces, durante la semana ni siquiera pensamos en lo que comemos. Vamos con el piloto automático en marcha. Como autómatas. Por eso cuando nos relajamos el fin de semana, aunque sea el día que menos ejercicio haces, se desata un hambre descomunal. Pero puede que ese hambre no sea hambre, sino estrés o preocupaciones acumuladas a las que no has prestado atención. Se consciente de por qué comes y, si lo que necesitas es bajar el estrés, no utilices la comida como comodín o vía de escape. Hacerlo sólo hará que cada vez necesites más y más. Busca otras estrategias que sirvan para relajarte. Puedes salir, ir a la playa o hacer deporte. Si realmente sabes lo que necesitas, le darás a tu cuerpo lo que está buscando.


Es posible que no te haya dado una solución mágica para acabar con estos atracones de fin de semana, pero después de ver pasar a muchas personas por mi consulta te puedo asegurar que la razón está más en la cabeza y en cómo pensamos sobre la comida que en otro lugar. Así que espero que alguno de estos consejos te sirva para evitar esa sensación de descontrol y poder disfrutar realmente de la comida, tanto entre semana como el fin de semana.


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